A cal y canto te vas protegiendo inútilmente. La soledad te asusta y dejas llaves, llaves que vas perdiendo en el desuso, llaves para encerrarte y no decir, y no mostrar lo que se siente. Se siente igual o parecido, nadie te plagia. Giras dos vueltas, pero el silencio no tiene copyright. Ya eres tan único como todos. Te defiendes del miedo, finges estar, vivir, amar, miles de infinitivos infinitos que no llegan a ser. Giras dos vueltas dándole cuerda a la soledad e imaginas que los verbos funcionan marcha atrás con sólo usar la llave, la llave que te oxida y que te pierde mientras te pierdes tú en el mínimo espacio de tu cuerpo.

Escribir comentario

Comentarios: 5
  • #1

    Jenaro Argente (domingo, 09 mayo 2010 22:03)

    Mala la soledad que llave requiere para ser preservada.
    Un saludo y como siempre un placer leer y ver lo que nos das.

  • #2

    cristina (domingo, 09 mayo 2010 22:07)

    cerrar el candado es fácil aunque sea viejo, la cosa es poder abrirlo con la llave ya oxidada por el desuso...

  • #3

    ALBANTA (domingo, 09 mayo 2010 22:54)

    encerrado en ti mismo...

  • #4

    ana baltar (domingo, 09 mayo 2010 23:00)

    realismo mágico de cerraduras, cadenas y candados

  • #5

    Sabela Baña (viernes, 05 noviembre 2010 14:39)

    Genial, cerrar con un fuerte candado para que nadie nos robe nuestra intimidad.